
Hablemos de bullying: qué rol ocupan los establecimientos académicos y qué dice la ley de convivencia escolar
En el transcurso de los últimos años, el bullying se instaló como término para identificar un accionar histórico en la vida cotidiana y en los centros académicos. Aunque la educación comienza en el hogar, las escuelas son un órgano indispensable en el trabajo para frenar este tipo de prácticas discriminatorias.
La Real Academia Española define al bullying de la siguiente manera: “Práctica ejercida en las relaciones personales consistente en un trato vejatorio y descalificador hacia una persona, con el fin de desestabilizarla psíquicamente”. Es una palabra que se familiarizó en las últimas décadas, pero que no existía en la adolescencia de las generaciones X o los millennials. Hoy se distingue de esa manera a cualquier acto discriminatorio transversal a los diversos espacios que se habitan en la cotidianidad.
Los años escolares (principalmente desde la primaria a la secundaria) cargan con una estigmatización con respecto al bullying. Lo vimos en series y en la vida real: los espacios académicos supieron ser caldo de cultivo con relación a la discriminación logrando dos bandos, alumnos discriminados y discriminadores.
¿Cómo se forma a un bullyneador? La respuesta podría ser mucho más simple de lo que se cree. El proceso educativo comienza en el hogar, se educa con el ejemplo. Los consumos culturales y los modismos que los niños detecten en los adultos serán pilares fundamentales en la formación de la personalidad. Pero el colegio también tiene una función importante.
Luego de la cuestión académica, las instituciones educativas deben garantizar el plan de trabajo con el objetivo de forjar los valores de los alumnos. Al mismo tiempo, debe ser un espacio en el que todos los estudiantes asistan con entusiasmo y del que se lleven un grato recuerdo finalizada la etapa de escolaridad.
Qué dice la Ley 26.892 de convivencia escolar
La Ley es de alcance nacional y “regula la convivencia en las escuelas y busca reducir los conflictos en la comunidad educativa”. También define criterios para tratar los conflictos dentro de las escuelas y abarca a todos los niveles del sistema educativo. Los principios sobre los que trabaja la Ley son:
- Respetar la dignidad e intimidad de las personas.
- Reconocer los valores, creencias e identidades culturales de todas las personas.
- Rechazar toda forma de discriminación, hostigamiento, violencia y exclusión entre los integrantes de la comunidad educativa, incluso si se cometen virtualmente.
- Utilizar el diálogo para identificar y resolver los problemas de convivencia.
- Ubicar e identificar las transgresiones en las circunstancias en que se producen, teniendo en cuenta la visión de las personas que intervinieron.
- Respetar el derecho del estudiante a ser escuchado y a defenderse en situaciones de transgresión a las normas establecidas.
Ideas para trabajar programas anti bullying en los colegios
Una alternativa de prevención para los casos de bullying en las escuelas puede ser lograr un sólido código de convivencia que hagan cumplir tanto los padres como los alumnos y proponga sanciones ejemplificadoras y constructivas desde lo moral: en este proceso es clave que el chico entienda por qué está mal lo que hace para evitar repitencias. Otro aspecto puede ser trabajar en ampliar el departamento pedagógico, con psicólogos y psicopedagogos que ayuden a entender la actitud de los alumnos y a evaluar cuáles son sus contextos familiares.
Las únicas sanciones que prohíbe la ley 26.892 son “las que atenten contra el derecho a la educación o que impidan la continuidad de los alumnos y alumnas en el sistema educativo”.
